Millones de ojos fijando la vista al firmamento, cámaras y móviles, capturando el cielo iluminado de Blanes por los majestuosos castillos de fuegos que nacen en Sa Palomera, con los pies en el Mediterráneo. Son esas memorables noches de finales de julio en un marco incomparable, de una tradición pirotécnica de más de un siglo y con uno de los espectáculos de Fuegos Artificiales más fascinantes e imprescindibles de Europa.
Es uno de los festivales de Fuegos Artificiales más importantes de Europa y se celebra en Blanes, ciudad activa todo el año!
Son infinitos los rincones de Blanes que invitan a disfrutar de este maravilloso municipio en el que dan comienzo las excepcionales calas de la Costa Brava. Su bondadoso clima os hará sentir privilegiados, disfrutando de la calma y la desconexión, y os invitará a adentraros en un entorno natural extraordinario. Un refugio de paz que durante una semana al año se ve deslumbrado desde el cielo, resaltando su perfil con millones de destellos de colores y festivas explosiones. El Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de Blanes es uno de los festivales pirotécnicos más importantes del continente, y es una asombrosa puesta en escena del espíritu mediterráneo de la gente de Blanes, una ciudad viva y dinámica que se siente orgullosa de este gran espectáculo.
Aunque su historia se remonta más allá de un siglo, el formato de concurso internacional que le ha dado el empuje y reconocimiento actual se puso en marcha hace 50 años. Para entender el nacimiento del Concurso Internacional de Fuegos Artificiales de Blanes hay que situarse a principios de la década de los años 70, cuando esta villa se encontraba en el apogeo turístico que experimentaba la Costa Brava. Fue entonces, en 1971, cuando se propuso aprovechar la Fiesta Mayor, celebrada a finales de julio, para potenciar uno de sus actos más singulares: los Fuegos Artificiales, que hasta entonces habían tenido un aire más popular, sin pretensión de darse a conocer en todo el mundo.
Ese mismo año se hizo una prueba piloto con una pirotécnica valenciana, a la que se encargó una exhibición mucho más espectacular que la de costumbre. ¿Que cómo fue? Os los podéis imaginar… La gran afluencia de público y la buena crítica de los ciudadanos de Blanes, que quedaron atónitos ante semejante espectáculo, fueron el nacimiento del gran evento que hoy conocemos.
Para llegar hasta este momento hay que entender que en Blanes la tradición de los Fuegos Artificiales ya se encontraba muy adentro de las costumbres del municipio. De hecho, las primeras referencias se remontan a más de cien años atrás, en 1891. Gracias a varios artículos publicados en medios de comunicación podemos intuir el gran ambiente que se podía vivir durante estas celebraciones.
La evolución del espectáculo pirotécnico parecía imparable, hasta que se detuvo a la fuerza con el estallido de la Guerra Civil en el año 1936. Fueron ocho difíciles años de oscuridad, hasta que en 1944 Blanes recuperó esta costumbre en la Fiesta Mayor de su patrona, Santa Anna, y desde entonces no ha dejado de celebrarse jamás.
Blanes es una ciudad de fuegos y fiestas. Su gente es mediterránea y alegre, y no esconden su orgullo de tener una envidiable agenda festiva y de eventos a lo largo de todo el año, que tiene su momento culminante a finales de julio. Es entonces cuando la ciudad se viste de gala y celebra el Concurso Internacional de Fuegos de la Costa Brava, el festival de luz, colores y humo del que todo el mundo habla.
La roca de Sa Palomera, emblemático portal de la Costa Brava y guardiana incansable de la bahía de Blanes es el punto desde donde se lanza toda la artillería pirotécnica. Desde allí han salido hacia el cielo de Blanes millones de cohetes participando en el concurso. El certamen, como es de esperar, ha ido sufriendo variaciones a lo largo de su historia de medio siglo.
Año tras año la calidad de los espectáculos fue in crescendo, así como el prestigio que obtenían las compañías pirotécnicas que se alzaban con el primer premio. A partir de 1996 y con motivo del XXV aniversario del concurso, se amplió el número de pirotécnicas en competición y se llegó hasta los cinco días de lanzamiento. Y al mismo ritmo que crecían los días de fuegos crecía también su popularidad en toda Europa y el reconocimiento de las compañías pirotécnicas de todo el mundo, que veían en Blanes el escenario ideal en el que mostrar todo su potencial. Es así como la pugna de las compañías participantes para hacerse con el trofeo Vila de Blanes ha llevado el concurso a ser calificado como uno de los mejores espectáculos pirotécnicos del continente.
Se calcula que cada año cerca de un millón de personas -¡un millón!- vienen hasta Blanes para ver el espectáculo pirotécnico. Estas cifras le convierten en uno de los eventos con más público de Catalunya y le acerca a fiestas tan populares y concurridas como los San Fermines de Pamplona o las Fallas de Valencia.
Obviamente, un espectáculo de esta envergadura con elementos pirotécnicos y millares de personas entre el público, no puede estar exento de unas complejas medidas de seguridad. Por este motivo, cada año se confecciona un amplio y elaborado plan que moviliza a los cuerpos de bomberos, policiales y sanitarios.
Unos 20 minutos frenéticos de estallidos, castillos de fuego, cascadas de luz y un enorme estruendo requieren una preparación muy compleja. Cada una de las sesiones de fuegos supone la utilización de unos 1.200 quilos de material pirotécnico, que se distribuyen en una superficie de lanzamiento de alrededor de 4.000 metros cuadrados junto a la roca de Sa Palomera. Con todos los elementos situados en el lugar preciso, y cuando cae la noche, la tecnología y la destreza de los programadores son quienes se ocupan de que la pólvora se convierta en puro espectáculo. El encendido es totalmente electrónico y las secuencias de lanzamiento son controladas por ordenador desde la cabina de control, que se sitúa cerca de la plataforma de lanzamiento.
Mientras, en la playa y en el paseo marítimo, millares de personas gozan del cielo y el mar iluminados por los Fuegos Artificiales.
Son muchos los visitantes que han conocido Blanes a partir del Concurso Internacional de Fuegos Artificiales, pero sea cual sea la época del año en que vengáis a conocer esta villa, joya de la Costa Brava, Blanes os fascinará desde el primer momento en que sintáis el aroma de sus jardines botánicos y tropicales, cuando notéis el Mediterráneo en vuestra piel.
Es una de las destinaciones turísticas pioneras en vacaciones en familia, y es que cuando varias generaciones de la misma familia eligen Blanes es porque se encuentran como en casa. Su historia turística está marcada por la acogida a las familias que buscan actividades, instalaciones y servicios preparados para todas las edades, y hoy en día es un destino reconocido por esta sensibilidad y por las ventajas que ofrece. La certificación como Destino de Turismo Familiar de Blanes es la primera que se otorgó en la Costa Brava, y cada año sus visitantes acreditan de nuevo la calidad y la variedad de la oferta en descanso, ocio, playas, cultura, etc. Allí encontraréis todo lo que necesitáis para pasar unas vacaciones en familia, descubriendo el espíritu mediterráneo y auténtico de esta ciudad histórica y marinera.
Tenéis a vuestra disposición infinidad de espacios donde pasar un buen rato ya sea en la playa, con oferta de actividades acuáticas infantiles, o en los parques infantiles que hay por el paseo marítimo, uno de los lugares más recomendables para pasear, correr, montar en bici o sencillamente sentarse en una terraza y tomar algo.
La oferta de actividades y ocio es muy extensa, por lo que podréis satisfacer vuestras inquietudes y adaptarlas a vuestro aire, siempre haciendo que vuestra estancia en Blanes sea genuina e inolvidable. Playas, jardines mediterráneos, salidas en crucero, actividades náuticas y activas, bolera, karting, heladerías, tardes de cine y de paseo por los caminos de ronda, senderismo, gastronomía, parques infantiles... ¿Qué más necesitáis?
¿A lo mejor algo más de acción y actividad deportiva? Pues también estáis de enhorabuena.
Y es que además de ser un destino turístico conocido en todo el mundo Blanes también recibe un número muy importante de visitantes gracias al deporte. La ciudad goza de unas instalaciones de primer nivel adecuadas a la práctica de diferentes disciplinas y presta especial atención a los servicios sanitarios y la medicina deportiva, combinando además una variada oferta comercial relacionada con el deporte con un clima idóneo para entrenar y competir durante todo el año. Por todo ello Blanes es reconocida como Destino de Turismo Deportivo, una certificación que la acredita como un municipio ideal para practicar todo tipo de deportes.
La joya de la propuesta multideportiva de Blanes son estas instalaciones municipales de primer nivel, con más de 40.000 m2 que ofrecen la posibilidad de practicar cualquier disciplina deportiva en pista cubierta: baloncesto, balonmano, hockey, patinaje, fútbol sala, gimnasia rítmica y deportiva, bádminton, baile deportivo, twirling, artes marciales, tenis, voleibol, actividades dirigidas, ajedrez...
El edificio está dividido en cuatro plantas que permiten practicar cualquier deporte de interior y acoger eventos artísticos, sociales, de empresa o culturales, como conciertos, congresos, festival, etc. Dispone, además, de 360 plazas de aparcamiento cubierto. Las instalaciones también disponen de salas especializadas para grupos reducidos de deportistas, donde se pueden practicar actividades dirigidas como steps, aerobic, fit yoga, pilates, etc.
Blanes es un destino privilegiado de turismo activo, con un entorno natural inmejorable para practicar deportes al aire libre. El atractivo de la villa no ha pasado desapercibido a los organizadores de diferentes pruebas de los calendarios internacionales de carreras, torneos y triatlones, que allí han encontrado un escenario idóneo para celebrar grandes eventos deportivos.
Es un destino especializado en running y la ciudad cuenta con un punto de atención al corredor, el Blanes Centro Running ubicado en la Ciudad Deportiva, con todos los servicios necesarios para la práctica de este deporte. Allí podéis encontrar mapas con las rutas para la práctica del running, así como servicios específicos para corredores como duchas, guardarropa o un banco para limpiarse el calzado tras la práctica deportiva.
Para aglutinar las diferentes carreras que se celebran a lo largo del año se ha creado el calendario Blanes X Runners, que incluye pruebas con diferentes recorridos, así como salidas populares, escaladas, carreras de montaña o aquathlon.
Blanes cuenta también con varias rutas señalizadas, además de dos Grandes Caminos del Agua de 8 y 18 kilómetros. Sobre el terreno que rodea la ciudad también se han definido rutas para seguir en bicicleta de montaña y tres más de ciclismo de carretera.
En los últimos años se han diseñado varias rutas pensadas para hacer corriendo, caminando o marcha nórdica. Son itinerarios de entre 7 y 20 kilómetros que recorren los entornos naturales de Blanes, además del camino de ronda que os propone un itinerario continuado junto al mar.
Más allá de una actividad deportiva el ciclismo es un factor de bienestar personal y calidad de vida, y su práctica representa un indicador de excelencia del territorio. Blanes ha sabido aprovechar el extenso catálogo de carreteras secundarias y míticos puertos de montaña que ofrece la demarcación, y ha diseñado varias rutas en las que el ciclista y la bici se funden en un paisaje perfecto para disfrutar al máximo de este deporte.
Otro ámbito deportivo que en Blanes se despliega como un gran abanico es el náutico. Gracias a su clima temperado podréis disfrutar del mar todo el año, de forma muy activa. Más relajados o con espíritu aventurero, para todos hay una gran variedad de empresas especializadas que ofrecen servicios y actividades acuáticas dirigidas a todos los grupos de edad, como cursos de vela, kayak, paddle surf, windsurf, submarinismo, pesca deportiva y snorkel. También hay una gran oferta de alquiler de embarcaciones con o sin patrón y excursiones náuticas.
La tradición también ha hecho perdurar hasta hoy la histórica travesía del puerto, que llena la costa de Blanes de nadadores desde hace más de 70 años.
Blanes es una ciudad viva y activa los 365 días del año, con una gran oferta de actividades culturales, lúdicas, gastronómicas y deportivas para todo tipo de visitantes. La capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos, sin olvidar los propios orígenes y la virtud de hacer que los visitantes se sientan como en casa, han hecho de Blanes una ciudad dinámica y moderna.
Por eso os recomendamos un paseo por el centro histórico de la ciudad. Encontraréis calles sorprendentes con comercio y mucha vida, y podréis apreciar el legado histórico de cuando la ciudad era un conjunto de pequeñas casitas blancas de pescadores.
Para coger una perspectiva de la magnitud de la villa podéis subir hasta la montaña de Sant Joan, donde se conservan restos del antiguo castillo y la ermita de los siglos XI y XV respectivamente. Es un mirador excepcional de Blanes y la Costa Brava sur, y un lugar de inspiración de muchos artistas.
Esta es una de las mejores maneras de sentir que formáis parte de la historia de Blanes, esta ciudad situada en la entrada de la Costa Brava y con más de 1.000 años de historia. Os seducirá por el pasado que todavía hoy acompaña a los edificios, jardines y monumentos más emblemáticos, con recorridos que os transportarán por diferentes épocas.
Descubriréis que Blanes es un auténtico museo natural al aire libre. Sumergiros en este patrimonio natural marcado por el romanticismo de los jardines, de playas infinitas y unos miradores excepcionales de la Costa Brava. La ciudad cuenta con dos espectaculares jardines del Mediterráneo, dos joyas reconocidas mundialmente que no os podéis perder en vuestra visita: el Jardín botánico Marimurtra y el Jardín Tropical Pinya de Rosa. El primero, creado hace casi 100 años, es un gran jardín dedicado al reino vegetal que acoge más de 4.000 especies. Y el segundo es un espectacular jardín tropical que alberga una de las poblaciones de cactus más interesantes y numerosa de Europa, con más de 7.000 especies originarias de todo el planeta.
Cuando nos visitéis veréis que en Blanes vivimos de cara al mar, somos hijos de este Mediterráneo que nos da personalidad y que os invita a contemplarlo y a disfrutarlo con toda la intensidad. Tenemos la suerte de aprovecharlo al máximo y os ofrecemos diferentes maneras de hacer que sintáis que también es vuestro.
Tenemos cuatro kilómetros de costa que alternan pequeñas y atractivas calas que enamoran, con grandes playas de reconocida calidad, en las que encontraréis todos los servicios necesarios para pasar un agradable día de playa y practicar todo tipo de deportes acuáticos y de arena.
Cada día, los pescadores de Blanes nos ofrecen el regalo del mar. Y también cada día, los agricultores de La Tordera nos llevan los frutos de la tierra. Así es fácil poder ofrecer lo mejor de ambos mundos y estimular la creatividad de comercios y restaurantes. Verduras y frutas, dulces de autor, pescado y marisco fresquísimo, vinos, cavas y cervezas artesanas... Blanes es un mercado abierto todo el año, complementado con una oferta gastronómica rica y variada.
Dentro de la amplia oferta de restaurantes encontraréis propuestas para todos los paladares, combinando locales con tradición, modernidad y cocina de autor.
Ya veis que Blanes es una ciudad activa, que cuenta con equipamientos y servicios propios de una destinación turística de primer orden. La completan hoteles, campings y apartamentos que configuran una oferta de alojamientos de calidad y una rica oferta gastronómica, comercial y otros servicios hacen de esta ciudad una de las principales destinaciones turísticas de la Costa Brava.